28 de agosto de 2007

Hablar e intercambiar en Mwanza (Tanzania)

Mi alojamiento en Mwanza costaba diez dólares diarios y se titulaba sin rubor 'Hotel de Luxe' (….) El caso es que el 'Hotel de Luxe', en el centro de Mwanza, era en parte hotel, en parte prostíbulo y en parte sala de fiestas nocturna. No puede exigirse más por diez dólares al día”. Así describe Javier Reverte, en su libro “Vagabundo en África”, el hotel donde yo me alojé (lo hizo anteriormente él) hace ya varios años.
Y continúa Reverte, “algunas rameras intentaron sentarse con nosotros (un conocido y él), pero declinamos sus ofertas amablemente”. El caso es que yo no decliné el ofrecimiento, aunque tampoco se si era ramera o no. Una preciosa y simpática joven negra, llamada -aún recuerdo- Subira, se sentó conmigo, me sacó de la soledad en que me encontraba y me hizo abandonar el libro que en ese momento mantenía en mis manos. Créanme que estaba leyendo “Vagabundo en África”, de Javier Reverte. Parece un galimatías, pero no, es mi pequeña historia y es la que quiero contar. Y allí, mientras leía en el 'Hotel de Luxe', descubrí que mi “referente periodista aventurero Reverte” se había alojado en el mismo hotel en el que yo me hospedaba. Extraña coincidencia, pero real.
Tan real como que yo me encontraba allí mismo ante la sonrisa de aquella muchacha que, tal vez, él despreció. Sonreía continuamente ante mi inglés rudimentario, que ella contestaba con otro de similar pelaje. Bebimos varias cervezas, hablamos de nuestras vidas, mantuvimos silencios prolongados que en sí mismos eran una animada charla -incluso bailamos- y dejamos que las estrellas aplastaran el encuentro en sus brazos, con el paso de las horas.
Muy avanzada la noche, me acompañó hasta la habitación, en la última planta del hotel, y cuando salí de mi pequeñísimo baño, así me la encontré sobre el camastro de mi alojamiento (fotografía), con esa simpatía, esa sonrisa y esa naturalidad, por las que yo me dejé envolver.

Nota.: Tengo la seguridad de que no le hubiera importado saber que su fotografía formaría parte de la blogosfera.

6 comentarios:

  1. Lo que a tí no te pase...
    encontrártela en la cama era de suponer pero lo de leer a Reverte y compartir hotel, eso si que es coincidencia.

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  2. Kovalam me ha leido el pensamiento

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  3. Tú siempre intercambiando culturas, jejeje.
    Curioso lo de seguir los pasos tan de cerca de este viajero tal vez insatisfecho que es Javier Reverte.
    Yo ahora estoy leyendo Corazón de Ulises y ganas tengo de ir a Grecia a seguir también sus pasos.
    Muchos besos

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  4. joder, que comentarios más sosos.... voy a dar la nota:

    ¡¡¡ joder que tetas !!!

    eso es turismo antropológico como dios manda!

    ese es mi niñooooooooooo!!!

    jejeje

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  5. Bueno, apuesto lo que sea a que ese era el único hotel que había...
    Jajaja.

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  6. Me resulta cada vez más interesante este blog. Juassssssssssss!!!!!!!!!!

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